Ir al contenido principal

Entradas

La metamorfosis

 En el proceso de larva a mosca, me encontré con un cateto cerumenélgico, el cual cantaba sin saber, que no podía ahuyentar el mal. Diez pasos de camino adelante, un mono rabioso, desdentado y enérgico, balbuceaba sin placer un poema de ironía suspicaz. Cuando mis alas vi desplegadas, y el horizonte se irguió ante mí, patético, por querer quise querer, la depresión se puede superar. Ya en el ocaso de mis horas contadas, el mono y el cateto rezongaban esperpénticos, la noche me hizo mecer a merced de un suspiro gutural.

Sin servir

  No hay nada que le pueda agradecer, a la maldita medicación. Mis ideas aparecen aturrulladas. Me he convertido en un simplón. No hay nada que pueda agradecerle, he perdido mi superpoder. Ya no dialogo con los muertos, ya no les susurro tomando café. No hay nada que pueda agradecerle, ni siquiera un instante de placer. Mi pueblo continúa con sus quehaceres, he olvidado lo que era poseer. No hay nada que le pueda agradecer, soy áspero y un sin servir. Las voces ya no me martirizan y sin ellas prefiero morir.

A buenas horas

Entre eucalipto y eucalipto pino, y entre pino y pino piedra. Sobre el horizonte el dragón de niebla tras el dragón de niebla Las Mateas. Arturo, Sirio y Antares, sobre María Gil, Lepe y Los Pajosos. El agua me sabe a lejía: ¡Otra vez están aquí los tramposos! Quejicas a tiempo completo en las terrazas formando bulla. Carreras por los adoquines: ¡Este año no he comido turmas! Y sigue Santa Bárbara tronando. Y siguen los chismes volando. Me han cambiado el Padre Nuestro entre whiskys de contrabando.

Yonki de la jerarquía

Descaradamente fuerte, amapola de dura piel. Desnuda de un amor amorfo, cayendo en la palidez. Llegó a su nueva cita, blandiendo el estigma en su mirar. Su culpa se revela al cosmos, negando su forma de hablar. Su opinión se ve mermada entre bromas sin intención y aplica al mundo la misma espada, sintiendo estar sin acción. Valora tu tiempo, descubre tu mundo. Absorbe el néctar cuándo esté a punto. Ignora la ciencia, crea tus cuentas. Buscando y no encuentras. Buscando conciencias. Señora de los vientos que evade la vida huyendo de los desiertos, buscando una salida. Acaba teniendo suerte, desdicha de varios. Aclamando al más fuerte conseguirá soportarlo. Destino de raíces camufladas en tinieblas, que definen lo sublime del que vive bajo tierra. Imagina que no puedes imaginar.

Mejor imposible

Deforme siento el tiempo de rodillas frente a un rincón. Cansado parece mi aliento que quiere empujar mi voz. Sincero parece el destino aparcado frente a mi puerta. Asciendo y busco un camino que quede lejos de tierra. Dónde se esconden las heridas, quién es el dueño del dolor. Por qué las noches van deprisa. Sólo pienso en un color. Cartílago aniñado, que se extiende por mi cuerpo: ¿Qué pasa con tu sed? Espanto, vacío de placer como un suéter de licra. Parezco un mono con los dientes en la mano, como un duende que ha perdido a su hermano. Caprichoso resulta mi juego, pero no se siente raro. Destripo los sueños que tuve hace tiempo y acabo llenando el mundo de ellos. Destrozo basuras que huyen del tiempo, desfloro ortigas creyendo que siento. Apuro las nubes que inundan el cielo y fijo mis ojos de espaldas a él.

Frescura

Siento como se abren los senderos y un nuevo sol vuelve a brillar. Los paraguas se cierran ante mi locura. El aire se pavonea de su frescura. Como un sátiro loco que corre tras de ti, sintiendo las noches en vela. Cansado de golpearte, andando un camino perdido. Reino sobre mi trono desierto, predicando palabras mundanas, encantado con mis razones, saltando precipicios y destrozando estrellas. Imaginando la suerte que pueda llegar, despistado sin saber por qué. Sólo tengo ganas de gritar, sólo siento frío en mis pies. Entré en una cueva rodeado de compases malsonantes. Me quedé despierto escuchando al cielo retumbar. Pensé, que al final todo vuelve a ser, una historia que acaba. Quizás llegó la hora de marcharse. Brindar por Dios y que corra el aire.

Andropausia

La abeja se posa en la rosa. La rosa me regala espinas. Una espina resultó tramposa, y mi perra se mea en las esquinas. La miel se hizo meloja. El azahar cubrió mis cortinas. La churra se puso floja. El gato no quiere sardinas

Bucle infinito

Partiendo del hecho de que todo lo que tenga que pasar ya ha pasado, de que lo que pasa ya ha pasado, y lo que pasó ya ha pasado, la eternidad se convierte en una realidad incuestionable, y el tiempo en una invención chocante que impide la visualización correcta de las estructuras dimensionales a las cuales pertenecemos y enclaustra nuestra psique en bucles materialistas e ideas impuestas que inducen al temor a lo intangible y nos dividen para impedir que la verdad sea conocida, utilizando para ello armas camufladas tras la sátira (humor=amor, pero algunos confunden humor con producir dolor), la amistad (algunos confunden amistad con el poder de hacer lo que les plazca con los demás), o la religión como método de control e inducción del miedo: si Dios es amor, entonces todo aquel que demuestre miedo o temor ante su presencia, o su existencia, no formaría parte de lo suyos y se le negaría la entrada al paraíso.  El miedo sólo lleva a sacar lo peor de nosotros: envid...

Despierto

Luna afligida cansada, se recuesta del hombro del tiempo. Luna pendiente del lamento, se recuesta del hombro del tiempo. Y se siente palidecer, ante el clamor de la locura. Con una nube se tapó anhelando la ansiada cordura. Y no recordaba recordar. Tejiendo una densa tela tapiando su rostro bajo la arena. No deja ver los senderos, cierra el tiempo y quiere soñar. Se entristece, leyendo en el pasado. Añorando, viejos dulces olvidados. Encuentra tarros, llenos de obediencia. Los vacía,  y se conforma con mirar. Aleja al mundo,  de los secretos. En una caja vieja... lo tiene guardado.

Aléjate de la luz

Sentado en tu cama esperando algo soñado. Indiferente, caído de un techo de afiladas espinas repleto. Gritas soltando el sueño, ahogando la vida en detalles. Sintiendo que vives de ellos. Sufres y aíslas tus sentimientos. Si la luna sintiera igual que tú, quizás te alegrarías. Y a veces sueñas despierto, arrancando flores por deporte. Si el mar te quisiera proteger, quizás te asustarías. Y a veces se despierta soñando: quién sabe hacia dónde.