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Mostrando entradas de junio, 2016

Unidos Podíamos

Deseé parar el tiempo y al veneno que nos hizo sordos. Los acordes de un baile quedo, camisa a cuadros y lazos rojos. Deseé un instante eterno, vaqueros mojados, melena en los hombros. Tu voz, tu sonrisa, un requiebro, la esquina de tu calle sin lobos. Deseé un cuadro perfecto. El universo infinito en tus ojos, la osadía de un cobarde sin miedo bajo tu ventana quemando rastrojos. Deseé blandir el viento, espantar de tu vera a los godos, acariciar con ternura tu cuello, elevarte por encima de todos. Deseé parar el tiempo. Camisa a cuadros y lazos rojos. Mi voz, tu sonrisa, un requiebro y al veneno que nos hizo sordos. 

El Escorpión os dice

Los movimientos revolucionarios  que aspiran a alcanzar los objetivos finales del comunismo mediante el socialismo, se llaman "comunistas", mientras que se entiende habitualmente por "socialistas" a los políticos que por caminos de evolución y mediante la formación de mayorías parlamentarias, aspiran a la creación de una colectividad socialista o simplemente las sociedades capitalistas. Plejanov, Lenin, Trotski y Bujarin, pertenecen a la historia del socialismo, es decir, de la SOCIALDEMOCRACIA europea. Jesús condenó a los ricos con duras palabras. Ejemplos de "comunismo"  en las escrituras: Lucas: (6, 20-25) ; Hechos: (2, 44/45 ); (4, 32, 34 y 35). El SPD (partido socialdemócrata alemán) renunció a un análisis específicamente socialista y a una utopía basada en unos fundamentos históricos y filosóficos. La socialdemocracia debía desvincularse de todos aquellos rasgos que la caracterizaban como un partido clasista, y las teorías de Mar

Territorio baldío

Terraplenes, barrancos y laderas escarpadas. Me hastío, me aburro. Calamidad, sonrojo y calderas desdentadas. Soy una sombra mal vestida que languidece tras el lento tremular del último suspiro de un candil imaginario. Amarillo, azul y en ocasiones anaranjado. Indecente, maldito, decadente, proscrito, apátrida y soez. Acongojado con el ulular descompasado de la hipocresía sempiterna. Odioso y odiado, perdido y desatinado. Apabullado y angustiado por la herrumbre cotidiana que emana cada mañana de lamentos que ya no existen. Y me dejo caer. Y un carrillón toca los cuartos. Y la suerte ya está echada y al mirar por la ventana, nada queda ya, nada. Ni siquiera yo. Ni siquiera un requiebro de la última llama.