Partiendo del hecho de que todo lo que tenga que pasar ya ha pasado, de
que lo que pasa ya ha pasado, y lo que pasó ya ha pasado, la eternidad
se convierte en una realidad incuestionable, y el tiempo en una
invención chocante que impide la visualización correcta de las
estructuras dimensionales a las cuales pertenecemos y enclaustra
nuestra psique en bucles materialistas e ideas impuestas que inducen al
temor a lo intangible y nos dividen para impedir que la verdad sea
conocida, utilizando para ello armas camufladas tras la sátira
(humor=amor, pero algunos confunden humor con producir dolor), la
amistad (algunos confunden amistad con el poder de hacer lo que les
plazca con los demás), o la religión como método de control e inducción
del miedo: si Dios es amor, entonces todo aquel que demuestre miedo o
temor ante su presencia, o su existencia, no formaría parte de lo suyos y
se le negaría la entrada al paraíso.
El miedo sólo lleva a sacar lo
peor de nosotros: envidia, manipulación, decir que no se tiene miedo y
usar la violencia para demostrarlo...
Después de todo, nos vemos mañana, que si no recuerdo mal es el día 27
de Abril de 1990, o a lo mejor es el 17 de Enero de 2347, o quién sabe,
si mañana es el big-bang, lo único seguro es que siempre habrá un mañana
porque ya ha pasado.
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Su tabaco, gracias.