Siento como se abren los senderos
y un nuevo sol vuelve a brillar.
Los paraguas se cierran ante mi locura.
El aire se pavonea de su frescura.
Como un sátiro loco que corre tras de ti,
sintiendo las noches en vela.
Cansado de golpearte,
andando un camino perdido.
Reino sobre mi trono desierto,
predicando palabras mundanas,
encantado con mis razones,
saltando precipicios y destrozando estrellas.
Imaginando la suerte que pueda llegar,
despistado sin saber por qué.
Sólo tengo ganas de gritar,
sólo siento frío en mis pies.
Entré en una cueva
rodeado de compases malsonantes.
Me quedé despierto
escuchando al cielo retumbar.
Pensé, que al final todo vuelve
a ser, una historia que acaba.
Quizás llegó la hora de marcharse.
Brindar por Dios y que corra el aire.
y un nuevo sol vuelve a brillar.
Los paraguas se cierran ante mi locura.
El aire se pavonea de su frescura.
Como un sátiro loco que corre tras de ti,
sintiendo las noches en vela.
Cansado de golpearte,
andando un camino perdido.
Reino sobre mi trono desierto,
predicando palabras mundanas,
encantado con mis razones,
saltando precipicios y destrozando estrellas.
Imaginando la suerte que pueda llegar,
despistado sin saber por qué.
Sólo tengo ganas de gritar,
sólo siento frío en mis pies.
Entré en una cueva
rodeado de compases malsonantes.
Me quedé despierto
escuchando al cielo retumbar.
Pensé, que al final todo vuelve
a ser, una historia que acaba.
Quizás llegó la hora de marcharse.
Brindar por Dios y que corra el aire.
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Su tabaco, gracias.