Paso largo sobre escarcha humeante,
se deslizan susurros quebradizos.
El café se enfría.
Despistadas carreras sin sentido
ahuyentando quejidos enfermizos.
En ocho sermones se camufla
la ocre salida esperada
bajo negro nudo acolchado.
Vistas cansadas de ver se evaden
en una lluvia de maletas tapizadas.
Junto a turbias ventanas se exhibe
un cilindro de cólera domada:
rancio sabor emite
su oculto deseo perpetuo,
cargado de bruno dolor en su espalda.
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Su tabaco, gracias.