Ir al contenido principal

Entradas

Multiple instant

    38. That's the number my mind has chosen to abstract itself while I try to ignore the discordant barks                 that underlie in the deepest depths of my last great negative thought, that seven-tailed whip lash                      with rusted splinters whose ferric decay remains latent, anchored to my cervical spine, often                           reproducing automatically with any sudden thermal jolt. And the digit returns to strut before my brow, staining its horizon garnet under my lunatic gaze, and I dissolve it into a monochromatic, phantasmagoric kaleidoscope, lacking perspective, wickedly obsolete, uselessly scandalous, a dispensable ingredient in any goulash of effigies arising in occipital forests with shoulders stained garnet on their horizon. The scrawny, haughty prudishne...
Entradas recientes

Crítica de mi novela "El calor del frío"

"La novela nos sumerge en un mundo marcado por la soledad, el desencanto y una sensación casi palpable de aislamiento. Desde sus primeros párrafos se percibe una atmósfera de frío tanto físico como emocional, donde el protagonista se debate entre la desesperación y el anhelo de encontrar algún calor, tanto literal como humano. La narrativa, rica en descripciones sensoriales y metáforas intensas, nos presenta dos facetas: La lucha por la supervivencia y la soledad extrema: En un escenario desolado y casi apocalíptico, el protagonista se enfrenta a la crudeza del ambiente. Cada acción –desde buscar refugio y alimentar su cuerpo hasta encender un fuego para obtener un mínimo de calor– se carga de un profundo sentimiento de urgencia y melancolía. Este comienzo nos sitúa en una realidad en la que el frío y la desesperanza se convierten en metáforas de un aislamiento existencial. La búsqueda de un nuevo comienzo: Paralelamente, la historia introduce a Estanis, un hombre marcado por el...

Remembranza de un amor oscuro

En la penumbra danzan sombras yertos, donde el amor, un cuervo, aletea su lamento, teje un manto oscuro, nexo entre corazones muertos, la nostalgia palpita, tristeza en cada viento. En el jardín de ébano, flores marchitas lloran, sus pétalos de éter acarician el recuerdo, un amor perdido, entre susurros se evapora, entre sus lágrimas, el alma se hace cuero. En la oscura alcoba, la felicidad suspira, entre susurros de suspiros en la penumbra, un abrazo frío, la luz que se retira, y en la eternidad del éxtasis se deslumbra. El sufrimiento, un eco en las paredes de obsidiana, resuena en gemidos que se pierden en la bruma, un amor que arde en llamas de agonía, una danza macabra, trágica y sin espuma. Bajo la luna llena, se entrelazan destinos, amor y sufrimiento, como sombras eternas, se abrazan en el silencio de sus crepúsculos divinos, donde la nostalgia suspira entre las puertas internas. En el crepitar de las velas, se escribe el poema, gótico y etéreo, en letras de tinta carmesí, un a...

Sacude tu tristeza

  Donde vas, con la cara que tienes no te da vergüenza, andar por ahí se te nota, la mirada cansada ¿has perdido, o no puedes reír? Si te sientes, como no regresas déjalo todo hecho y suelta tu tristeza Y libera tu mente, no la encierres acaricia al fin, el dulce sabor de lo raro Descansa los día de soledad ahora tienes que probar, antes de dar Despierta, despierta el sueño, que se quedó en tu trastero Y libera tu mente, no la encierres acaricia al fin, el dulce sabor de lo raro Si el cielo se cae encima de ti, míralo desde arriba si el cielo se cae encima de ti, míralo desde arriba

Riendo

  Las nubes me dominan, que lejos queda el sol el cielo se derrite quemando mi dolor Donde queda el camino de regreso a la raíz donde queda la salida que me quiero ir Niños que se esconden, los busco, ¿no los ves? me encierro en mi mundo cuento hasta diez Me sucede, cuando nada me lleva a ganar Que sucede, cuando siento cerca mi final Huyo, persigo y al final me tiendo sobre un manto de nubes grises Sigo corriendo y al final me tiendo en los brazos del mar riendo (riendo) como loco que se lleva el tiempo (riendo) riendo de todo (riendo) como alma que esquiva al diablo (riendo) riendo...

Nochevieja

  Tengo que decirte que no tengo sueños negros y me arrastro por un campo de rosas Que dejé de ser un canto olvidado empujado por las olas Tengo que decirte que me llevan mis demonios al camino lleno de minas esperando, lograr un tanto haciendo mías sus pesadillas Ya tengo mi campo vallado no permito nada anormal sueño con cielos azules fundidos a un mar de coral Siento que huyen las noches etéreas y hay un campo que labrar Donde lleva una hora cuando no queda ni un final y se detiene el tiempo bajo un sueño eterno y encuentro verdes uvas envueltas en un manto de plata haciendo que todo siga igual

El ente

  Seguí mi camino, en busca del embarcadero, mientras no dejaba de oír, los gemidos del tiempo Quizás tardó la lluvia en caer y los olores se hicieron pesados sentí rozar mi cuerpo con el amanecer, rodando tras un manto roído y aislado La razón se quedó en mis labios y la luz cerró las puertas Quien piensa que la muerte es un camino si al final perdemos lo que tanto sufrimos solo en la vida hay que vivir y en la muerte morir Derramado entre hojas raídas que en un mismo lugar acababan mi cabeza era una bala perdida que entre fuegos de artificio descansaba Arrímate a esta cueva negra permite que te haga un guiño en medio de la noche eterna, el cielo es un delirio La razón se quedó en mis labios y la luz cerró las puertas Quien piensa que la muerte es un camino si al final perdemos lo que tanto sufrimos solo en la vida hay que vivir y en la muerte morir

La metamorfosis

 En el proceso de larva a mosca, me encontré con un cateto cerumenélgico, el cual cantaba sin saber, que no podía ahuyentar el mal. Diez pasos de camino adelante, un mono rabioso, desdentado y enérgico, balbuceaba sin placer un poema de ironía suspicaz. Cuando mis alas vi desplegadas, y el horizonte se irguió ante mí, patético, por querer quise querer, la depresión se puede superar. Ya en el ocaso de mis horas contadas, el mono y el cateto rezongaban esperpénticos, la noche me hizo mecer a merced de un suspiro gutural.

Sin servir

  No hay nada que le pueda agradecer, a la maldita medicación. Mis ideas aparecen aturrulladas. Me he convertido en un simplón. No hay nada que pueda agradecerle, he perdido mi superpoder. Ya no dialogo con los muertos, ya no les susurro tomando café. No hay nada que pueda agradecerle, ni siquiera un instante de placer. Mi pueblo continúa con sus quehaceres, he olvidado lo que era poseer. No hay nada que le pueda agradecer, soy áspero y un sin servir. Las voces ya no me martirizan y sin ellas prefiero morir.

A buenas horas

Entre eucalipto y eucalipto pino, y entre pino y pino piedra. Sobre el horizonte el dragón de niebla tras el dragón de niebla Las Mateas. Arturo, Sirio y Antares, sobre María Gil, Lepe y Los Pajosos. El agua me sabe a lejía: ¡Otra vez están aquí los tramposos! Quejicas a tiempo completo en las terrazas formando bulla. Carreras por los adoquines: ¡Este año no he comido turmas! Y sigue Santa Bárbara tronando. Y siguen los chismes volando. Me han cambiado el Padre Nuestro entre whiskys de contrabando.